Entender el entorno, saber delegar y promover la imaginación de los subalternos son algunos de los secretos para lograrlo.
Existe una serie de habilidades intangibles que convierten a un empleador destacado en uno imprescindible. De esos que destacan en los espacios laborales y que cualquier empresa desearía tener en su fuerza. Se trata de los llamados talentos blandos y que resultan claves para que el trabajador se desenvuelva mejor en su compañía. Y más importante aún resultan cuando ese trabajador está a cargo de una jefatura. Tener la capacidad de formar equipos, saber delegar, fijar metas y leer las señales del entorno son algunas de estas habilidades y las que destaca la consultora de recursos humanos IT Hunter. Si un ser humano las cumple, puede convertirse en un “jefe 2.0”, rótulo utilizado para el empleador moderno. Estos son 10 requisitos para lograrlo:
1. Habilidades comunicacionales.
“Hay que tener en cuenta elementos como las palabras usadas, la velocidad al hablar y el tono en que uno se comunica”, dice Benjamín Toselli, presidente de IT Hunter.
2. Capacidad para conocerse y conocer al resto del equipo.
3. Integridad.
Se resume así: predicar con el ejemplo y ser consecuente.
4. Incentivar el trabajo en equipo.
Esto permite, junto con un mejor desempeño, lograr resultados más óptimos.
5. Foco en los resultados.
Lo importante es el objetivo y no las horas de trabajo.
6. Saber delegar adecuadamente.
7. Capacidad para leer el entorno.
8. Adaptarse rápidamente a los cambios.
Se debe adecuar a los avances tecnológicos y “la intensa competencia de los mercados”.
9. Estimular la creatividad de los colaboradores.
“Una jefatura debe incentivar instancias que permitan al equipo desarrollar su imaginación para buscar ideas o soluciones”, explica Toselli.
10. Proyectar la carrera de los subalternos y preparar la sucesión del cargo.
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